BESTIARIO 1: Los necros

En el Bestiario del Muchiverso encontrarás una enciclopedia de las criaturas que pululan por los seis lados del cubo del mundo. Un compendio de seres de todas las dimensiones del Muchiverso, mi universo literario.

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LA PRIMERA ENTRADA DE MI BESTIARIO no podía dedicársela a ninguna otra criatura que a los necros. Uno de mis abismales favoritos del Muchiverso y parte del extranjero. Son seres fascinantes, dignos de estudio, absurdos, que dan miedo aunque también es verdad que puedes huir de ellos si no estás pensando en si cerraste el gas o no antes de salir de casa. Incluso Sacsé, la diosa creadora, ha llegado a preguntarse en qué momento le pareció buena idea crear a estas… cosas.

La imagen es una ilustración hecha por mí. Representa a un esqueleto cubierto por una sustancia espesa, pringosa, una especie de barro o de petróleo burbujeante. Al rededor del personaje podemos leer las siguientes explicaciones: ¡Cuidado! Ni se te ocurra darle una palmadita en el hombro a uno de estos colegas (sobre todo si quieres seguir teniendo el mismo número de manos, sea cual sea). Los necros no son abismales especialmente peligrosos ya que se mueven más despacio que tu abuelo a la hora de la siesta. Se dice que si un necro te sorprende... bueno, quizá es que te merecías morir. Es lo que muchos llaman selección natural y otros tantos eso te pasa por gilipollas. Si quieres pasarlo bomba, invita a un necro a tu cumpleaños. No sienten dolor, así que puedes jugar a “romper la piñata” con su cabeza. No es éticamente correcto, pero el Muchiverso es así... Eso sí, tendrás que traer tu propio bate.

A diferencia de otros seres del Muchiverso, como los yetis, que prefieren ambientes gélidos como la montaña helada de Kusoong o la sección de congelados del súper, los necros no necesitan una temperatura especial, así que te los puedes encontrar en cualquier parte del mundo.

No comen, porque tampoco tienen sistema digestivo, no duermen porque pa’ qué y aunque se muevan a esa velocidad absurdamente lenta, podrían perseguirte eternamente sin que les falte el aliento, porque el aliento ya les viene falto de fábrica.

Otra ilustración mía. En este caso aparece el cráneo de un necro, gritando con rostro furioso.

A su alrededor podemos leer el siguiente texto:

Los necros no tienen la capacidad de hablar. Aunque Emiten una serie de gritos lastimeros con los que pueden comunicarse entre ellos.

Por ejemplo: un «Ahhhh...» puede significar perfectamente: «¡Tengo hambre!» o también: «Oye, ¿te acuerdas de aquel cortacésped que me prestaste hace un mes? Pues se lo presté a mi cuñado y el muy idiota se despeñó con él por un precipicio». Todo depende del contexto, claro está.

Hay expertos que han dedicado su vida a entender este “idioma”. Nueve de cada diez tiraron la toalla, el décimo murió abrasado por un necro cuando le pilló desprevenido. Lo último que apuntó en su cuaderno fue: «¡Ahhhh!». Nadie supo si lo escribió en idioma necro o era un grito de dolor.

Tampoco conocen más vocales que la A. Como ves, comunicarse con uno de estos es jodidamente difícil.

Una leyenda cuenta que un día, Muerte, diosa de la muerte (valga la redundancia), llegó a una ciudad que no conocía, le preguntó una dirección a un necro, este le respondió Ahhhh… y la diosa acabó perdiéndose.

Esta leyenda ha sido desmentida en numerosas ocasiones por Muerte, diosa de la muerte (valga la redundancia), que siempre ha declarado que ella no se pierde, sabe en todo momento dónde se encuentra, es decir: Aquí. Es el mundo entero el que está donde no debería estar que es, básicamente, donde ella está.

Otra ilustración. En esta ocasión vemos el esqueleto de un pajarillo que ha caído a uno de los charcos lodosos que dejan los necros a su paso. El pajarillo, como era de esperar, no le ha quedado carne ni para un caldo.

Al rededor del dibujo vemos el siquiente texto:

El fluido que cubre a los necros es altamente corrosivo. Mucho peor que la mierda de paloma. De hecho, ha habido muchas palomas que han muerto abrasadas al caer en un charco de este “lodo”. Pude haber gente que piense que el karma es lo que tiene...

La verdad es que, si eres una de esas personas, deberías revisar tus principios, porque no es una cosa bonita de pensar. Ahora mismo, cientos de animalistas están deseando que un necro te pille mientras cagas y que no puedas librarte, por mala gente.

Lo jodido de los necros es que, si bien es muy difícil que uno te alcance y te mate, como ya hemos dicho anteriormente, puede ser que por error caigas en uno de los numerosos charcos que estos esqueletos andantes dejan a su paso.

La sustancia lodosa y abrasiva va cayendo en cascada por sus huesos y deja un rastro, como la baba de un caracol dientes de sable.

Si ves a alguien que camina mirando siempre al suelo, piensa que quizá no lo hace por timidez o por falta de autoestima, a lo mejor va vigilando no pisar uno de estos charcos. Nadie quiere convertirse en una pastilla efervescente, ¿verdad?

Nadie sabe cómo se reproducen los necros. Ni si hay alguna especie de rito de apareamiento. Algunas personas dicen que han visto a dos necros en una discoteca y que en algún momento de la noche se han escapado al baño, pero a saber qué han hecho ahí aparte de desgraciarle el lavabo al dueño del local, que tuvo que contratar a un brujo para que se deshiciera del fluido viscoso que había por el suelo, las paredes, la puerta y el techo.

Como ves los necros son criaturas fascinantes. Es imposible no querer saberlo todo de ellos, pero harían falta varias vidas para conocer todos los detalles.

Recuerda que tienes disponible mi novela corta La venganza de Andet:

Imagen que muestra mi novela en tapa blanda y en Kindle.

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2 comentarios en “BESTIARIO 1: Los necros

    • ¡Muchísimas gracias! Estoy intentando expandir un poco mi universo literario y tenía muchas ganas de volver a dibujar. Sinceramente es la primera vez que dibujo personajes míos, siempre he hecho fan arts. Me alegra muchísimo que te guste. 🥰

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