
Cuenta con mi láser. Imagen libre de licencia: Pexels.
Cuenta con mi láser es un relato de ciencia ficción cómica perteneciente a la sección Muchitemas. En esta sección escribiré relatos ambientados en el Muchiverso, mi universo literario, basándome en los temas aleatorios que me proponga la aplicación What to Draw? Muchitemas es un ejercicio de escritura que se encuentra dentro de la sección Muchijuegos.

EL TEMA SOBRE EL QUE ESCRIBIRÉ HOY ES…


MUCHOS HUMANOS ESTARÍAN DE ACUERDO en que lo de otorgarle inteligencia y libre albedrío a los androides no fue la decisión más… bueno, más inteligente, valga la redundancia. Con la inteligencia se pueden hacer muchas cosas, como una torre de naipes, no meter los dedos en un enchufe o juzgar que el exterminio injustificado de una especie alienígena para explotar los recursos del planeta que visitas no es algo del todo ético. Eso es lo que pensaba la unidad P4UL4, a la que todo el mundo en la Tierra llamaba Montón de chatarra de los cojones.
No siempre la habían llamado así, eso es cierto, aquel apodo empezó a usarse aproximadamente una hora atrás en el tiempo, cuando le quitó el rifle al capitán del ejército humano, le bajó los pantalones en el campo de batalla, delante de ambos bandos, y le empezó a dar unos azotes en el culo con él mientras le decía con voz robótica y marcando mucho cada palabra:
—Humano. Malo. No. Se. Mata. A. La. Gente. Sin. Un. Motivo. Razonable. Y. Que. No. Tenga. Que. Volver. A. Repetirlo. Señorito.
El capitán, cuando se levantó los pantalones y vio que todo el mundo le miraba aguantando la risa, tuvo que desertar por la vergüenza, lo que le valió la ejecución. Lo fusilaron con un Bimba-454, un arma de ultimísima generación que lo mismo disparaba rayos láser, como lanzaba gas tóxico o encendía una llamita para encender el cigarro y que no dejó de él más que los zapatos.
Pero como digo, eso pasó una hora atrás en el tiempo y en una hora caben muchas cosas y, cuando digo cosas, quiero decir muertes.
Ahora P4UL4 estaba en un templo, acompañada por un grupo de nativos del planeta Tori, entre los que se encontraba el líder de aquel lugar, alguien a quien sus compatriotas llamaban Flrutnak y que, según el traductor automático de P4UL4, significaba Idiota Mira En Qué Lío Nos Has Metido Estarás Contento..
Aquella especie se llamaba gliticatiad, que significaba Gente Que Vive En Este Planeta Posdata No No Nos Habéis Descubierto Vosotros Ya Nos Habíamos Descubierto Nosotros Antes Lo Decimos Por Si Acaso Que Luego Los Libros De Historia Cuentan Cosas Que No Son Verdad, más o menos, mi gliticatiadense está algo oxidado.
Tenían la piel azul y seis ojos repartidos en la cara como si esta fuera el sexto lado de un dado. Bocas grandes, de diente gruesos, afilados y muy blancos. No tenían nariz, pero como no tenían pulmones, lo comido por lo servido. En general eran altos, excepto el tal Flrutnak, que llegaba a todos sus conciudadanos por el esternón. No tenían pelos, en vez de eso lucían unos tentáculos que colgaban hacia atrás en sus cabezas, como si fueran melenas. Algunos los tenían más largos y otros más cortos, pero todos los tentáculos terminaban en algo que parecían glandes y que, en realidad, lo eran.
Algunos gliticatiads estaban heridos por el combate contra los humanos. En realidad no eran una especie guerrera, lo máximo que entendían por “lucha” era decirle a un vecino que le dejara el cortacésped, que el vecino le respondiera que no y que él o ella terminara la discusión diciendo: «Jo…».
El androide tampoco era un modelo luchador, era un traductor, pero ya se sabe, cuando una se pone a matar, ya no hay quien la detenga. P4UL4 era una mujer artificial, tenía los ojos blancos, sin iris ni pupilas, pelo recio, como de muñeca, labios carnosos, nariz respingona conectada a un pulmón artificial que en realidad se encargaba de recoger muestras de aire, y vestía un chándal rosa de dos piezas, con una raya vertical blanca en ambos laterales que iba desde el hombro hasta el tobillo. En la mano sujetaba lo que parecía la madre de todos los rifles. Un Patapún-3000, tan grande que ningún humano puede sostenerlo sin ponerle ruedines o tener que ir luego al quiropráctico, pero ella lo alzaba como si fuera una simple pistola de juguete. El Patapún-3000 era lanzacohetes, rifle láser, lanzagranadas, lanzarredes, lanzallamas y, además, cuando te quedabas sin munición lo podías lanzar entero y, con suerte, le acertabas en la cabeza a dos o tres desgraciados.
P4UL4A miró a los gliticatiads, todos ellos asustados, temblando junto al altar del templo, mirándola con varias media-docenas de ojos, preguntándose qué habían hecho para merecer eso.
—Tranquilos —dijo con aquella voz que parecía estar sonando dentro de una lata—. No dejaré que os hagan daño.
Los gliticatiads se miraron entre ellos. Alguien le dio un puntapié al líder, este se levantó, se acercó tímidamente a la androide y carraspeó, esperando su permiso para hablar. Cuando habló lo hizo en gliticatiadense, pero por el bien de la comprensión lectora general, lo traduciremos automáticamente.
—Disculpe, pedazo de mierda.
—¡Oiga, sin insultar! —respondió la androide haciendo uso de su programa de indignación.
Verás, lo que ocurre con el gliticatiadense es que una misma palabra puede tener cincuenta significados, dependiendo del contexto. Flrutnak usó la palabra firkwekagggg que puede significar pedazo de mierda, pero también puede significar este plátano está muy maduro, como vaya yo y lo encuentre… o señorita entre otras cosas.
—No, en este contexto significa señorita —aclaró el líder.
—Ah, bueno… ¿Quería algo?
—Esto.. sí… querría pedirle… querríamos pedirle, perdón, en nombre de todos los gliticatiads, un favor a usted.
P4UL4 pensó que era un poco de mala educación pedirle un favor cuando ya estaba arriesgando su vida artificial por ellos, pero le prestó toda su atención. Bueno, un cuarenta por ciento de su atención la mantuvo en el exterior del edificio, por si se acercaba un humano cabrón, poder reventarle de un cañonazo.
—Usted dirá, Idiota Mira En Qué Lío Nos Has Metido Estarás Contento.
Es importante recordar que están hablando en perfecto gliticatiadense y este esta siendo traducido por mi asombroso intelecto, así que, en realidad, P4UL4 solo dijo Flrutnak.
—El caso es que dice usted que piensa protegernos.
—Así es. Cuenten con mi láser.
—Esto… ¿podría dejar de hacerlo?
En la cabeza de la androide sonaron unos engranajes. Lo bueno de los androides es que, con ellos, la expresión: «Parece que le escucho pensar» se vuelve literal. Estaba procesando aquella petición.
—¿Cómo dice?
—Bueno… no es que no agradezcamos lo que hace por nosotros, ¿eh? Porque lo agradecemos. ¿Verdad, conciudadanos? —Varias cabezas asintieron enérgicamente—. El caso es que… bueno… a ver cómo se lo digo… Verá, es que como usted sabe, han muerto varios cientos de los nuestros y…
—Haré que los humanos paguen por lo que han hecho. Se lo prometo
—O… o… se me ocurre, como idea, que podría simplemente no hacer nada. Es que… verá… todo esto ha empezado cuando usted golpeó a su superior en el cuarzo rosado —La palabra utilizada en el idioma original fue pregernicza, que entre otras cosas, además de cuarzo rosado significaba cachetes del culo—. No podemos evitar sentir que eso es lo que ha desencadenado este… este…
—¿Crimen?, ¿acto deleznable?, ¿asunto a solucionar lo antes posible a base de disparos y desmembramientos varios?
—… genocidio.
—Oh…
—¡No nos malinterprete, pedazo de mierda! Es que, bueno, nuestra especie es millenaria.
—Querrá decir “milenaria”.
—No, llevamos millones de años en este planeta. La cosa es que nos gustaría poder ser bimillenaria o incluso más, quién sabe, quizá hasta trimillenaria o… bueno, si se me permite algo de ambición… polimillenaria. Por eso, si fuera posible que usted y sus humanos de dos ojos se fueran con… ¿cuál es la expresión? —buscó ayuda entre sus ciudadanos, pero su memoria fue más rápida—… ¡viento fresco! Sí, eso es, con viento fresco, si pudieran irse con viento fresco se lo agradeceríamos muchísimo.
La androide miró a Flrutnak y al resto de gliticatiadenses. Estaba confusa y no era algo que le ocurriera muy a menudo. Había sido diseñada para desentrañar los misterios de la humanidad, pero nadie le había programado para desentrañar los de los gliticatiads.
—El problema que veo aquí, Idiota Mira En Qué Lío Nos Has Metido Estarás Contento, es que esos cabrones no van a detenerse ahora. Sí, es cierto que vuestra especie está ahora al borde de la extinción por esta hora de conflicto, pero los humanos han perdido al menos a tres soldados y esa gente es muy rencorosa, Idiota Mira En Qué Lío Nos Has Metido Estarás Contento. Entonces, como androide que se siente en parte responsable de esta masacre, me veo en la obligación de tomar partido y, si no es defendiéndoos a vosotros, será combatiéndoos.
A Flrutnak le costó respirar y eso, para unos seres que, como ya se ha mencionado anterior mente, no tenían pulmones, era toda una novedad. También sintió rabia, frustración y algo que le subía por los estómagos, ascendía hasta los corazones, se alojaba en la garganta y hacía que los tres corazónes le latieran en las sienes. Él no lo sabía, pero aquello era lo que los humanos llamamos ganas de ahostiar a alguien. ¿Cómo que en parte responsable? ¿Cómo que iba a tener que combatirlos? ¡Ellos no querían combatir con nadie! ¡Ellos solo querían seguir jugando a las cartas y follando todos con todos, aunque ahora el todos fuera un número mucho más reducido! Querían vivir como habían vivido siempre, sin tener que preocuparse de qué era un arma o una invasión alienígena.
—Pero si nos combate moriremos —dijo por fin—. Quiero decir… si defendiéndonos ya hemos perdido al noventa y nueve por ciento de la población, no quiero pensar lo que podría pasarnos si se enfrenta a nosotros. Creo que tendríamos más posibilidades de sobrevivir si saliéramos ahí fuera con una diana pintada en los pechos y empezáramos a agitar los ocho brazos mientras gritamos: «¡Eh, miren, estamos aquí, disparen sus putas armas asesinas del espacio exterior!».
—Tiene gracia —dijo P4UL4 sin reírse, porque sabía qué era la gracia, pero no podía experimentarla. Esto es debido a que era un androide militar y los militares no son famosos por su sentido del humor, así que nadie se preocupó de instalarle esa función—, porque las armas no son asesinas, lo son quienes las empuñan. Es un error muy común y un debate interesantísimo. Verá, yo soy de los que piensan que si bien es cierto que cuando tú dejas un arma en una mesa ella sola no mata a nadie, también pienso que hay excepciones como la Sujetamequelomato-Q587 que es capaz de dispararse por sí misma si cree que tiene un blanco seguro. Lo malo de esta pistola es que aunque es cierto que el blanco es seguro, no siempre es el blanco correcto. ¿Usted qué pien…? Oiga, ¿qué hace, Idiota Mira En Qué Lío Nos Has Metido Estarás Contento? ¡Suélteme! ¡Cuidado, eso es peligroso!
El líder había cogido el brazo de la androide que llevaba el arma, se había apuntado en la cabeza con el cañón y había hecho que P4UL4 disparara, volándole la cabeza y, de paso, todo lo que había por debajo de esta hasta la cintura. La explosión provocó una lluvia de vísceras, sangre, huesos derretidos y otros órganos vitales. P4UL4 estaba cubierta de sangre y los gliticatiadenses también, aunque ellos además gritaban espantados.
Alguien señaló a la androide y empezó a chillar:
—¡Pepino con vinagre de arroz! ¡Pepino con vinagre de arroz!
Aunque en el idioma original había dicho Trukerkeka! Trukerkeka! que, además de ¡Pepino con vinagre de arroz! ¡Pepino con vinagre de arroz!, también significaba ¡Asesina! ¡Asesina!.
P4UL4 alzó las manos y negó.
—¡No, no lo entienden! ¡Ha sido él mismo! ¡Idiota Mira En Qué Lío Nos Has Metido Estarás Contento se ha matado a sí mismo! ¿Ven? Ha cogido mi brazo y ha hecho que mi dedo apriete el gatillo, justo así… Oh…
Un misil salió disparado del cañón del Patapún-3000, trazó un tirabuzón en el aire y se estrelló contra el último grupo de gliticatiadenses que vivían en el planeta Tori. P4UL4 se quedó sola el templo, cubierta de sangre y otros restos biológicos. Incluso en su cabeza de engranajes, cables y lucecitas, tuvo que reconocer que las cosas no habían salido como había planeado. Se quitó un ojo, con su nervio óptico, que colgaba del pelo, lo tiró al suelo y suspiró. Tenía dos opciones: enfrentarse a los humanos para vengar a los gliticatiads o salir ahí fuera con las manos en alto, desarmada, y decir que todo había sido un plan maestro para exterminar a aquella raza y ganar la guerra. Una guerra que, por otro lado, había iniciado ella misma.
Lo bueno de ser una androide construida por humanos era que, como la mayoría de ellos, los escrúpulos eran solo un concepto y los conceptos, así como el ojo que acababa de tirar al suelo, se podían pisar y dejar que estallasen bajo sus pies, llenándole la suela de viscosos fluidos corporales o morales. ■

