Letras invitadas 1: Sin rostro, una historia de Angelus Niger.

Vemos un ojo en primer plano. Es una mujer, aparentemente joven, la foto es en blanco y negro y le cae una lágrima por el lateral del tabique nasal. Tiene las pestañas mojadas. El título del relato es: Sin rostro, y es una historia escrita por Angelus Niger.
Sin rostro, una historia de Angelus Niger. Imagen libre de licencia: Pixabay.
Sin rostro es un relato de terror escrito por Angelus Niger perteneciente a la sección Letras invitadas, en ella publico historias de fantasía, ciencia ficción y/o terror escritas por mujeres y protagonizadas por mujeres. Si eres escritora y quieres ser publicada en esta sección te invito a leer las siguientes bases.

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SIN ROSTRO, DE ANGELUS NIGER


ELISA SE despertó sobresaltada, el sueño repitiéndose en su memoria. En él, un extraño ser de aspecto humanoide la observaba sobre la cama. Su voz era sedosa y la mantenía en calma.
Vamos Elisa… Cualquier cosa… Solo pídelo…
      Los susurros se repetían una y otra vez, entremezclando en su cabeza hasta crear un canto.
      −Quiero… −Susurró ella, embrujada por aquel cántico.
      ¿Qué deseas Elisa? Vamos… Cualquier cosa… Solo pídelo…
      −Quiero ser la más bella.
      Concedido…
      Las extrañas voces desaparecieron en la mañana con los primeros rayos de sol.
      Elisa, aún sumergida en la confusión del sueño, decidió ahuyentarla con un baño y luego salir por un café.
      Siempre le habían gustado los baños. Era el momento perfecto para observarse sin ser juzgada. Para apreciar cada curva, subida y caída de su cuerpo.
      Al salir se acercó al espejo aún empañado y no pudo evitar mirarse con atención, como si esperase encontrar algún cambio. Tonterías mías, susurró, antes de apagar todo y tomar rumbo a su cafetería favorita.
      Las calles estaban extrañamente silenciosas.
      La multitud habitual de gente que rodeaba su barrio parecía haber desaparecido.
      Dobló en la esquina buscando en su bolso los audífonos siempre presentes para llenar un poco el inusual vacío de las calles cuando un chico en dirección contraria chocó contra ella.
      −¡Hey! Ten cuidado.
      El joven levantó la cabeza con capucha la cual cayó por el rápido movimiento y la miro. O lo hubiese hecho de tener ojos. Su rostro en blanco carecía de cualquier rasgo. Ojos, nariz, boca. Todo había desaparecido. Elisa gritó de horror e intentó correr lejos del joven que había extendido su mano con la clara intención de agarrar su brazo. El movimiento pareció atraer más gente y al verlas, Elisa aterrada, corroboró que todos carecían de facciones.
      Giro rápidamente y corrió a su casa. Los humanoides la perseguían a paso inestable, como si no estuvieran seguros de dónde pisar. Al llegar, cerró la puerta con llave. Pronto comenzaron a escucharse golpes. Venían desde la puerta, desde la ventanas, incluso desde las paredes. Elisa lloró en el suelo intentando hacerse lo más pequeña que pudiese. Una mano en su boca en un vano intento de guardar silencio.
      Luego comenzaron los susurros. Eran iguales que los de su sueño. Parecian no venir de ninguna parte pero la rodeaban y ahogaban de igual manera.
      Lo escuchamos todo…
      Todo lo escuchamos…
      Tu voz… Tu respiración… Tu corazón latir…
      Los cantos del cielo… Los lamentos del infierno… Todo lo escuchamos…
      Elisa quería gritar pero temía que eso solo atrajera más seres a su casa. Luego se escuchó un golpe más fuerte. Era el claro sonido del ventanal quebrándose y alguien entrando. No pudo contener el grito alojado en su garganta. Cinco personas habían logrado entrar, movían sus blancas cabezas como si la observarán, sus manos extendidas hacia ella.
      Bella… bella… la más bella…
      Los susurros aumentaban de volumen.
      Uno de los seres le agarró los brazos y otro pasó su mano de manera suave por su rostro. Delineó su boca, el contorno de su nariz y sus ojos.
      Bella…
      Elisa comenzó a hiperventilar y en algún momento debió haberse desmayado.
      Ahora está allí, en algún lugar, dentro de una caja de cristal. Su mundo completamente reducido a los susurros de bocas mudas. Mantenida como una muñeca para ser expuesta para el deleite de los seres que se acercaban a su caja.
      Un objeto de colección.
      La mujer más bella.
      Bella… Tan bella…

Nombre
Hola, soy Angelus Niger. Actualmente estudiante de literatura creativa, fanática de escribir locuras, amante de los gatos y adicta al café. Pueden encontrar mis escritos, incluida mi primera novela, en Wattpad. Tengo publicado en Amazon una antología de terror en compañía de otros escritores chilenos llamada: Miradas oscuras y otros extraños sucesos.

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