

Los días de nieve me gustan. No solo porque el paisaje parezca salido de una de esas postales de Navidad que pretenden ser evocadoras, sino porque son los días en los que las personas podemos estar tranquilas. La nieve nos ayuda a salvar el pellejo y es algo que descubrí cuando era apenas una niña, cuando los Invisibles aparecieron. Seres grandes pero sigilosos y veloces, capaces de partir en dos a una persona corpulenta o a varias personas delgadas que están participando en un abrazo grupal.
Miro por la ventana y tengo una mezcla de miedo y paz: las cuatro garras de dos invisibles se imprimen en el suelo nevado delante de mí y la cortina de copos se posa en los lomos de esas cosas. Caminan en círculos y sé que me están mirando, esperando a que salga de casa, a que deje de beber chocolate caliente en mi taza de Dragon Ball Z y salga a reunirme con ellos o, mejor dicho, a convertirme en su almuerzo. Miro el salón a mi espalda y sonrío, tengo todo lo que necesito: WiFi, varias novelas por leer, un par de cómics, comida basura en abundancia y soy de las pocas afortunadas que ya pueden disfrutar de Disney+. Estoy a salvo de los spoilers de The Mandalorian y a salvo de los Invisibles. No saldría de esta casa aunque viera en mi jardín a Kristen Stewart en bikini. ¿Para qué? Si esa diosa estuviera en mi jardín, sería mujer muerta, vería como la nada la desmiembra y como los trozos de Kristen desaparecen, ocultos en el interior de los Invisibles. Joder… ahora me apetece ver una película de esta mujer. ¿Estará Crepúsculo en Netflix? Voy a ver. ■
Miro por la ventana y tengo una mezcla de miedo y paz: las cuatro garras de dos invisibles se imprimen en el suelo nevado delante de mí y la cortina de copos se posa en los lomos de esas cosas. Caminan en círculos y sé que me están mirando, esperando a que salga de casa, a que deje de beber chocolate caliente en mi taza de Dragon Ball Z y salga a reunirme con ellos o, mejor dicho, a convertirme en su almuerzo. Miro el salón a mi espalda y sonrío, tengo todo lo que necesito: WiFi, varias novelas por leer, un par de cómics, comida basura en abundancia y soy de las pocas afortunadas que ya pueden disfrutar de Disney+. Estoy a salvo de los spoilers de The Mandalorian y a salvo de los Invisibles. No saldría de esta casa aunque viera en mi jardín a Kristen Stewart en bikini. ¿Para qué? Si esa diosa estuviera en mi jardín, sería mujer muerta, vería como la nada la desmiembra y como los trozos de Kristen desaparecen, ocultos en el interior de los Invisibles. Joder… ahora me apetece ver una película de esta mujer. ¿Estará Crepúsculo en Netflix? Voy a ver. ■
Me hizo sonreir. Muy bueno.