Microficción #125

•BARCELONA•

Sigo sin reconocerla, miro a mi alrededor y lo único que distingo son montañas de cadáveres apilados, formando una muralla que circunvala un camino que me veo obligado a seguir. Los coches se esparcen aquí y allá, con las puertas abiertas y los cristales rotos. Algunos solo están aparcados, otros están empotrados los unos contra los otros. No hay rastro de las personas que los conducían, o quizá sí, quizá estén entre el montón de cuerpos.
    Las baldosas del suelo están húmedas, renegridas, y ese líquido oscuro que brilla con las últimas luces del sol no es otra cosa que sangre. ¿Cómo hemos llegado a esto? Alzo la vista y el horizonte no es como lo recuerdo, el único edificio que a duras penas se mantiene en pie es la Sagrada Familia, y ni siquiera ese está ileso. Me cuesta reconocer esta ciudad, el murmullo de los coches se ha convertido en el lamento de los muertos que cazan a los vivos. En los gritos de dolor y de espanto de las presas que, como yo, no comprenden qué está pasando.
    Ahí viene uno, directamente hacia mí. No tiene mandíbula inferior, su piel cuelga flácida, y de su pierna sobresale el fémur astillado. Aún así sigue andando, sigue caminando, posando sus ojos muertos en mí. Sujeto el cuchillo con fuerza, pongo el dedo en el gatillo de la pistola, y suspiro. No voy a rendirme, Barcelona no pertenece a los zombies, pertenece a los supervivientes.

* N. del A. Scatting: improvisación bocal que se da en jazz generalmente a base de sonidos y sílabas sin relación aparente.

© M. Floser.

2 comentarios en “Microficción #125

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