Sumergido

¿Cuánto tiempo llevo sumergido? El sol sigue sin animarse a salir, pero he perdido la cuenta. ¿Una hora? ¿Dos horas? Las siluetas de la gente que me ha lanzado al agua han desaparecido, seguramente estarán en el coche, jugando al póquer, esperando a que las nubes se diluyan, y la luz encienda el lago. Joder, ¿cuánto tiempo llevo sumergido? Sé que es una tontería, que a nadie le importa una mierda, pero yo tengo curiosidad, ¿vale? Los grilletes que tengo en los tobillos son de plomo, la piedra a la que están unidas las cadenas debe pesar unos doscientos kilos, y yo… dudo que supere los cien. Hace mucho tiempo que no me peso, ¿para qué?
Si he de ser sincero: no sé qué narices esperan que pase cuando salga el sol. No sé si creen que voy a explotar, o que voy a disolverme en el agua como si fuera una aspirina efervescente. Han leído demasiadas novelas, los vampiros no hacemos esas cosas. Cuando el sol ilumine el agua me quemaré, parecerá que, en vez de agua, esté rodeado de gasolina a la que algún descerebrado ha arrojado una cerilla prendida. ¿Morirme? Bueno, se puede decir así, aunque ya vi una vez a la Muerte cara a cara, esa perra ramera me miró, con su eterna sonrisa, y me dio la espalda. «¿Dónde coño vas?», le grité furioso «no puedo hacer nada por ti, te has dejado morder. Te volveré a ver cuando te claven una estaca en el corazón, o seas tan idiota como para salir a tomar el sol». De eso hace ya más de tres siglos. De eso sí que me acuerdo, manda cojones.
Ahí están los idiotas que me han lanzado al agua. Solo veo sus siluetas, pero noto que uno se agacha para intentar verme mejor. No sé si el agua es lo suficientemente cristalina como para verme, pero le estoy enseñando un dedo. Sí, me ha visto, lo sé porque le ha dado un golpe en el pecho a su compañero, y me ha señalado, luego los dos se han empezado a mover como si estuvieran poseídos. No lo están, se están riendo de mí.
Por encima de las dos siluetas, veo que el cielo empieza a encenderse, seguramente la nube que parecía haberse acomodado sobre nosotros, se ha desperezado y nos abandona. Ahora da igual cuánto tiempo lleve sumergido, porque empieza la cuenta atrás, en unos minutos arderé. Me pregunto qué le diré a esa zorra de la Muerte cuando la vuelva a ver. Pronto lo sabré. ■
© 2017 M. Floser.
¿Qué haría si yo fuera un vampiro y unos hijos de puta me encadenaran bajo el agua para que ardiera con los primeros rayos de sol? Quizá, pedirle a la muerte que diera solo 24 horas más para vengarme.
Me ha encantado ^__^
Carla, mil gracias por comentar. Me alegra que te haya gustado, no sé muy bien por qué se me ha ocurrido esta historia al ver ese vídeo jajaja.
He sentido la humedad del agua y me ha encantado la descripción de las siluetas riéndose. Me ha encantado, ¡felicidades!
Anárion Photo, muchas gracias. Me lo pasé muy bien escribiendo este relato, espero que se note. Mil gracias por responder. 😀