Microficción #76

(Imagen libre de licencia de: Judith Scharnowski)

Festival de campeones

Cenefas

Ya había llegado la fecha, el templo de Gruejniel estaba a punto de celebrar el Noningentésimo Vigésimo Primer Festival de los Campeones, donde se daría a conocer a la persona más poderosa del nuevo nuevo mundo. Los globos llegaban de todas partes, aprovechando las corrientes de aire, surcando los cielos de aquel país de fantasía. Eran especialmente favoritos el guerrero Frizzo, del norte del mundo, más allá de las montañas nevadas y los mares helados. También la asesina Virrin, del oeste, donde el sol quemaba el aire, y tostaba la piel de sus habitantes. Pero nadie podía igualar la fama de la Bestia, un demonio salido de las llamas del infierno, hijo del mismísimo Lucifer. Tampoco había que perder de vista al mago local, que aquel año había vuelto a la vida, arrancado del tronco del árbol en el que se había convertido al morir. Aún estaba desorientado, por los diez siglos recluido en el interior del roble que conformaba su ser, pero se esperaban grandes cosas de él.
    El campeón del festival, a parte de saberse más poderoso que los demás, podría escoger que región del nuevo nuevo mundo querría erradicar. La superpoblación empezaba a ser peligrosa, y aquel festival era la excusa perfecta para aligerar un poco la carga que la Nueva Tierra llevaba sobre sus hombros. ¿Quién sería el vencedor o la vencedora? Eso quedaba en manos del destino, y de un jurado corrupto, escogido escrupulosamente por un gobierno cuya reputación era igual de dudosa.

© 2017 M. Floser.

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