
Persiguiendo a Drein
¿Cuánto más va a durar esto? Me duelen todos los huesos del cuerpo, se me ha metido el frío dentro y creo que acabo de pisar una mierda. En serio… este trabajo no merece la pena. El riesgo y las molestias no están bien pagadas. Y cuando termine, ese cabrón del cardenal se llevará todos los aplausos, y seguramente a alguna noble a la cama. Mientras que yo tendré que volver a mi casucha, a emborracharme con hidromiel embotellada. Eso sí, tengo una jarra en el congelador, esperando a que le eche ese brebaje. ¿Qué más da? Aunque me pagaran más, me lo gastaría en alcohol, y respecto a las mujeres… no podría hacer nada con ellas aunque quisiera, el conde se encargó de eso cuando me pilló tirándome a su hijo, y a su hija. ¡Joder, qué buenos estaban esos dos!
¿Qué es eso…? Puto ciervo, casi haces que me cague encima. Tendría que matarte, pero solo me queda una bala, así que tendré que perdonarte. ¡Pírate con tu padre, Bambi, antes de que el cazador le haga un piercing en el cerebro! Ese ha estado bien… en fin, ¿cuánto llevo persiguiendo a ese viejo? Estoy seguro que le di en el tobillo, le escuché quejarse, y encontré sangre en algunas hojas. ¿De dónde cojones saca la fuerza? Es digno sucesor de Merlín, eso está claro. Pero le daré caza, sea como sea. Porque hasta que no le dé caza no podré salir de esta mierda de bosque. Una sola bala, para acabar con el último hijo del mago más poderoso de la historia. Bueno… he hecho cosas más raras, la verdad. No me llaman Mierrick la Parca en vano.
© 2016 M. Floser