MICROFICCIÓN #8

AJUSTE DE CUENTAS

El detective pasó por debajo de la cinta policial anudada a los pilares del porche. El interior de la casa estaba completamente negro, las llamas habían carbonizado todo lo que habían encontrado a su paso. Un policía le miró con odio, estaba acostumbrado a esas miradas, estaba acostumbrado a ser el bicho raro del cuerpo. Le daba igual.
    En el suelo, justo en el centro del salón, encima de una mesa baja de madera, se encontraba el cuerpo decapitado de la víctima, atravesado por el vientre con una lanza alargada que se clavaba en el suelo. En el sofá, cuyos cojines habían sido rajados y las plumas de su interior esparcidas por el suelo, estaba su cabeza, con una moneda en cada ojo. En la pared carbonizada del fondo podía verse un trofeo de caza: la cabeza disecada de un caballo con un enorme cuerno en la frente. La cabeza estaba unida a una tabla de madera barnizada a la que el fuego no había alcanzado. Debajo del busto, una placa dorada rezaba: «Unicornis Vulgaris». El detective suspiró. Estaba cansado de aquellos casos, harto de los ajustes de cuentas y harto de los cazadores furtivos. No tenía más remedio que investigar aquel caso, si el mundo mágico se tomaba la justicia por su mano, el mundo mortal se convertiría en un campo de batalla.

© 2015 M. Floser.

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